Para poder hablar de reconocimiento facial como control de acceso, debemos entender un poco el camino recorrido para llegar a este.
A lo largo del tiempo se han utilizado diferentes tipos de biométrico para llevar el control de acceso de ciertas personas a ciertas locaciones, desde el uso de claves, huellas digitales, códigos PIN, tarjetas o alguna combinación de estos, todo para llegar a un método más eficaz, menos vulnerable y más rápido, pero siempre nos podemos encontrar con el usuario que olvido su contraseña, perdió su tarjeta o sus huellas dactilares no son muy fáciles de identificar debido a su deterioro, llegando así al “más” eficaz de todos, el acceso por reconocimiento facial, ya que pudiéramos alegar que no podemos olvidar el rostro o no nos lo pueden robar, o al menos eso era lo esperado, al inicio de este tipo de acceso, la gente se encontraba con la problemática de que no era tan seguro como se pensaba ya que en algunos casos con solo imprimir una foto del usuario se podía obtener acceso o una persona parecida de igual manera podía acceder sin mucho problema, al detectar estos problemas, se empezó a implementar tecnología más avanzada para el reconocimiento facial, integrando detección de profundidad en el rostro y una malla formada por puntos alrededor del rostro de la persona, sacando la mayor información posible de esta y tener un mayor porcentaje de éxito al momento de la verificación.
Superando hasta cierto punto el problema descrito arriba, se siguió implementando mayor seguridad y tecnología en el reconocimiento facial, como detección de temperatura, detección de patrones anómalos en el rostro y se mejoró la comprobación de rostro, aun y con el uso de gorras, lentes, cubrebocas o algo parecido, siendo suma de suma utilidad por el momento que está viviendo todo el mundo, ya que se minimiza el contacto de usuarios con el control de acceso y se verifica que cumplan con los lineamientos de seguridad, como temperatura y el uso de cubrebocas, pudiendo negar el acceso con el incumplimineto de algun punto.
Como podemos observar, el reconocimiento facial empleado en los controles de acceso, mejora a pasos agigantados y acoplándose al presente y futuro de la nueva normalidad.